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domingo, 10 de noviembre de 2019

Vanidad egipcia

Tanto hombres como mujeres se acostumbraron a afeitarse y depilarse, incluso su higiene les llevó a exfoliarse constantemente, buscaron la manera de endurecer sus músculos, se aplicaban mascarillas y se hidrataban con toda clase de sustancias grasas, especies, untables y todo cuanto pudieron. Todos estos podían guardarse en frascos y en cajas de madera, se aplicaban con ayuda de bastoncillos, espátulas y cucharillas (los recipientes solían decorarse con formas animales o figuras geométricas).

Lavarse, purificarse y depilarse eran actos cotidianos con un profundo significado religioso, al igual que el maquillaje que era utilizado por todas las personas sin discriminación. Los varones también se perfilaban los ojos para resaltar su mirada, y enrojecían sus labios, se sombreaban las cejas y los párpados y pintaban sus uñas.                                                                                     

 Los egipcios elaboraron alguna especie de conos de grasa que se colocaban en la cabeza, encima de la peluca, que anhelaban tener todas las mujeres de la época. La peluca es el complemento reconocido del estilismo egipcio, pero no todos podían permitírsela, los más humildes lucían su cabello natural, con la cabeza destapada o llevaban el pelo corto, sobre todo en el Reino Antiguo. No obstante hay pruebas de extensiones de cabello.

Las pelucas finalmente se fabricaban con cabello humano sobre una base de fibras vegetales, estos placeres tristemente eran reservados para los adultos. Los niños llevaban el pelo corto o rapado, salvo un largo mechón que les caía a un lado de la cara, en forma de trenza o coleta. Las jovencitas lucían un peinado similar.


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